Lugar montañoso de la costa azul, encaramado en las ultimas estribaciones de los Alpes sobre el Mediterráneo, en ella se respira aire realista, así lo representa su forma de gobierno monárquico constitucional.
Los griegos fueron unos de los primeros en habitar estas tierras, en las cuales levantaron un templo dedicado a Hércules cuyo apodo griego era Monoikos. De allí que la deformación de este vocablo fue utilizado para identificar el territorio que la familia genovesa de los Grimaldi a principio del año 1297 declaro como principado independiente.
Textos y Fotografías Marcelo Magoia
Podemos decir que el mismo se divide en cuatro zonas de gran importancia: Mónaco, su capital, La Condamine , esta es una área pintoresca que rodea el puerto; Fontvieille, sector industrial al sudoeste de la capital; y Montecarlo.
El recorrido lo iniciaremos por su gran capital. La estación de Ferrocarril anunciaba la llegada a una tierra de gran belleza, al salir de la misma, cruzamos por calle Grimaldi y observamos el embarcadero de la Condamine, importantes navíos de gente adinerada que se amarraban a esta tierra de descanso y glamour, un café al frente del mismo no viene nada mal, luego, nuestro encuentro se dibujaba en una roca de mas de 50 metros de altura, que debíamos subir, escaleras y calles que diagramaban el pasaje hacia lo monárquico, arriba, el palacio del Principado, se puede apreciar este lugar amurallado que posee una vista impecable del Mediterráneo, viejos cañones y pilas de balas se a*****ulan a orillas del paredón. Luego, en dirección al Casino de Montecarlo pudimos lograr pisar el famoso circuito callejero de Formula 1 que se desarrolla año tras año.
Al llegar a los jardines de enfrente del Casino podemos apreciar la magnificencia de las construcciones, el Hotel de Paris es uno de ellos, como así también la fachada del Casino, no podemos obviar que por las calles de esta ciudad abundan las Ferraris, los Porsches, las Bugatis, Maseratis, Rolls Royce, etc, etc, etc.
La seducción de su fachada y el paso de importantes personalidades invita a ingresar al casino, éste que fue diseñado por Charles Garnier tiene su ingreso por una monumental escalinata de mármol que lleva a la sala Renaissance, de allí se pasa al salón Europa, donde dieciséis pilares de ónix sostienen la decoración Luis XV. En la sala Américas dominan el oro y el rojo, y la sala Blanca reproduce sobre un enorme panel las Tres Gracias florentinas. El salón Rosa fue habilitado en 1903, exclusivamente para fumar, y a los salones Ordinaire y Privés se acude sólo para jugar. Han pasado mas de ciento veinticinco años y el Casino de Montecarlo sigue manteniendo las pautas de formalidad que lo caracterizaron desde sus orígenes.
Allí cambie unos Francos (no existía el Euro Todavía) y jugué a los tragamonedas, quien quita lo realizado, jugar unas monedas en el casino de Montecarlo es algo que no se puede dejar pasar. La oferta visual no se diluye aquí en este recinto, también aay otras muchas cosas para ver en este pequeño territorio. El Jardín Botánico, la Gruta del Observatorio y la Catedral son sitios dignos de visitarse, y por supuesto El Museo de Recuerdos Napoleónicos, que conserva numerosos objetos del Emperador Corso.
También son dignos de visitar el Museo Oceanográfico, con una deslumbrante variedad de peces exóticos; o el Museo Nacional, una de cuyas salas guarda una colección de muñecas y de autómatas de los siglos XVIII y XIX única en el mundo. En si Mónaco deslumbra por su belleza y encanta por su glamour, grandes personajes del jet-set mundial se hacen presente allí , ya sea para observar el gran premio de Formula uno o bien para participar del exclusivo y excluyente baile de la Rosa, organizado para beneficio de la Cruz Roja Internacional. Es uno de los lugares más excitantes de Europa. Es una porción pequeña y famosa por su historia y sus palacios tanto como por la creciente fama de sus restaurantes, Casino, clubes y vida nocturna.
Posted by marcello on Thursday, January 01, 1970 (00:33:25) (7127 reads)[ Administration ]